Esta ciudad palatina, último reducto del poder de al-Andalus en la peninsula ibérica, nos muestra un auténtico paraiso terrenal ampliamente vinculado con todo su entorno. Una ciudad situada en un emplazamiento singular y único de una gran excelencia artística, arquitectónica y paisajística que deleitara todos los sentidos del visitante.
La Alhambra es mucho más que un monumento que ocupa una extensión de 3.445.000 metros cuadrados de los cuales se pueden visitar 655.000 metros cuadrados. En dicho territorio se puede disfrutar de edificios de varias épocas, jardines, huertas, resto arqueológicos y acequias.
El conjunto monumental está dividido en algunas partes fundamentales:
El Generalife que se encuentra extramuros son una serie de jardines y huertas, presididos por un pequeño palacio o almunia de recreo.
La Medina situada en el interior del complejo amurallado, de la cual sólo se conservan restos arqueológicos que nos ayudan a entender el gran número de pobladores que existió en la Alhambra para dar servicio al sultán y a la nobleza.
Los Palacios Nazaries y el Palacio de Carlos V, que constituyen un complejo palaciego de diferentes épocas y que son muestras de dos estilos artísticos y arquitectónicos sin parangón en Europa.
La Alcazaba, el espacio más antiguo de la Alhambra, constituido por una serie de torres defensivas y ruinas de pequeñas casas y baños, donde residía la fuerza militar.